Si el profesor tiene hacer mucha atenciòn hacia sus estudiantes y su preparaciòn, y el consultor puede trabajar si es flexible, abierto y disponible, el filosofo no practica una profesiòn que sea asì como un empleo, sino vive un estado de animo y una propensiòn moral y spiritual.

Puede sì volverse el su trabajo en una profesiòn, pero antes de todo, se queda como una vocaciòn.

El filosofo piensa en las cosas, en al mundo, reflectiona sobre el destino del hombre, se pregunta donde el hombre viene y como podria ser su destino final. Se pregunta sobre la razon del ser del mundo, si ella sea dada por una inteligencia superior o sea casual.

Pero la casualidad propriamente no existe, porque todos los efectos inferen de sus causas. Entonces el filosofo puede vivir una vida muy interesante, porque esa vida se queda acerca de la verdad.

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